El 28 de abril de 2020 es un día de celebración para los actores del mundo entero, ya que al fin ha entrado en vigor el Tratado de Beijing sobre interpretaciones y Ejecuciones Audiovisuales, o lo que es lo mismo, el primer instrumento internacional que reconoce sus derechos morales y patrimoniales en las interpretaciones audiovisuales.
Definido por Javier Bardem como lo más importante que le ha ocurrido a los actores desde la invención del cinematógrafo, este instrumento refuerza su posición como intérpretes a nivel internacional permitiendo que puedan reclamar sus derechos en cualquier país en que sean explotadas sus interpretaciones.
Además, el Tratado tiene un efecto estabilizador que sirve para evitar que en sucesivas reformas legales se pierdan todos los derechos ya conquistados en las legislaciones nacionales, como es el caso del Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, Creatividad e Innovación (Código Ingenios) en Ecuador.
En estos tiempos tan complejos, se ha acentuado más aún la perversa paradoja de la brecha de valor en el entorno digital: Los actores son la cara visible de las producciones audiovisuales que nos están alegrando y sirviendo de luz frente a la angustiosa incertidumbre propia de la pandemia, y sin embargo, siguen sin percibir una remuneración adecuada ante la explotación masiva de contenidos.
Por ello, la defensa de la propiedad intelectual es más importante que nunca.
Desde UNIARTE, junto a LATIN ARTIS, seguimos avanzando de forma incansable para la implementación del Tratado en nuestro país.